domingo, 8 de mayo de 2011

LECCION 128


EL MUNDO QUE VEO NO ME OFRECE NADA QUE YO DESEE
El mundo que ves no te ofrece nada que puedas necesitar; nada que puedas usar en modo alguno; ni nada en absoluto que te pueda hacer feliz. Cree esto y te habrás ahorrado muchos años de miseria, incontables desengaños y esperanzas que se convierten en amargas cenizas de desesperación. Todo aquel que quiera dejar atrás al mundo y remontarse más allá de su limitado alcance y de sus mezquindades tiene que aceptar que este pensamiento es verdad.

Cada cosa que valoras aquí no es sino una cadena que te ata al mundo; y ése es su único propósito. Pues todas las cosas tienen que servir para el propósito que tú les has asignado, hasta que veas en ellas otro propósito. El único propósito digno de tu mente que este mundo tiene es que lo pases de largo, sin detenerte a percibir ninguna esperanza allí donde no hay ninguna. No te dejes engañar más. El mundo que ves no te ofrece nada que tú desees.

Escápate hoy de las cadenas con las que aprisionas a tu mente cuando percibes la salvación aquí. Pues aquello que valoras lo consideras parte de ti tal como te percibes a ti mismo. Todo aquello que persigues para realzar tu valor ante tus propios ojos te limita todavía más, oculta de tu conciencia tu valía y añade un cerrojo más a la puerta que conduce a la verdadera conciencia de tu Ser.

No dejes que nada que esté relacionado con pensamientos corporales te demore en tu avance hacia la salvación, ni que la tentación de creer que el mundo puede ofrecerte algo que deseas te retrase. No hay nada aquí que valga la pena anhelar. Nada aquí es digno de un instante de retraso o de dolor, ni de un solo momento de incertidumbre o de duda. Lo que carece de valor no ofrece nada. Lo que verdaderamente tiene valor no se puede hallar en lo que carece de valor.

Nuestra práctica de hoy consiste en abandonar todo pensamiento que tenga que ver con cualquier valor que le hayamos atribuido al mundo. Lo liberaremos de cualquier propósito que le hayamos asignado a sus aspectos, fases y sueños. Lo consideraremos en nuestra mente como algo carente de propósito, y lo relevaremos de todo aquello que queríamos que fuese. De esta manera romperemos las cadenas que atrancan la puerta que conduce a nuestra liberación de él, e iremos más allá de todos sus insignificantes valores y limitados objetivos.

Permanece muy quedo y en paz por un rato, y observa cuán alto te elevas por encima del mundo cuando liberas a tu mente de sus cadenas y dejas que busque el nivel donde se siente a gusto. Tu mente se sentirá agradecida de poder estar libre por un rato. Ella sabe dónde le corresponde estar. Libera sus alas y volará sin titubeo alguno y con alegría a unirse con su santo propósito. Déjala que descanse en su Creador, para que allí se le restituya la cordura, la libertad y el amor.

Dale hoy diez minutos de descanso en tres ocasiones. Y cuando abras los ojos después de cada una de estas sesiones no valorarás nada que veas tanto como lo valorabas antes. Tu perspectiva del mundo cambiará ligeramente cada vez que le permitas a tu mente liberarse de sus cadenas. El mundo no es el lugar donde le corresponde estar. Y a ti te corresponde estar allí donde ella quiere estar, y a donde va a descansar cuando la liberas del mundo. Tu Guía es infalible. Haz que tú mente sea receptiva a Él. Permanece muy quedo y descansa.

Protege asimismo tu mente a lo largo del día. Y cuando pienses que algún aspecto o alguna imagen del mundo tiene valor, niégate a encadenar tu mente de esa manera, y, en lugar de ello, repite para tus adentros con tranquila certeza:

Esto no me tentará a que me demore. El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee
                                                                   
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COMENTARIO:
Esta es una de las lecciones donde mejor puede apreciarse la radicalidad del mensaje de UCDM. Y una de mis preferidas. Sin embargo, en mis años de experiencia enseñando el Curso he podido comprobar, que aunque para aquellos que están listos, esta lección suena a música celestial, para aquellos otros que aun no lo están, esta es de esas lecciones que genera controversia.
El argumento que el ego suele esgrimir frente a esta lección es que es antinatural. Que hace que neguemos la vida y lo que somos y nos llama a convertirnos en unos místicos aislados y locos.
Uno de los episodios mas hermosos de nuestro "patrimonio universal" es el relato que narra la iluminación de Siddhartha Gautama, sentado bajo el árbol Bodhi, convirtiéndose en el Budha.
Siempre que leemos esta lección menciono esta historia. Y también a Jesus entrando en el desierto.
La historia cuenta que ambos fueron tentados. Tentados por los ídolos del mundo. Pero sus mentes estaban ya en el momento decisivo. Completamente determinadas. Sin posibilidad de volver atrás.
Estas historias míticas abundan en la literatura universal. Un héroe en busca de un tesoro, pasando pruebas hasta lograrlo. Y regresando despues a compartir con sus contemporáneos el regalo.
Imagino al futuro Budha bajo el árbol, contemplando impasible el despliegue tentador de Mara. Sin una sombra de duda, con esa determinación infalible que puede mover montañas. Como Jesús tentado por Satanás en el desierto.
Poder, placer sensual, fama, dinero, posesiones, relaciones, belleza, erudición, prestigio y reconocimiento..
Son los míseros regalos con que hemos sustituido la Unidad de Amor.
Son las cadenas que nos atan a este mundo perecedero, en el que impera la ley de la impermanencia y la futilidad.
El héroe que ve con claridad a través de estas cosas y comprende su insubstancialidad, se convierte en un hombre despierto. Un Budha, Un Cristo.
Un hombre libre.
La gente que empieza a estudiar el Curso suele temer que éste le obligue a apearse sin más de la rueda del Samsara y a quedarse en tierra perdiéndose toda la diversión.
Una mente llena de apego y deseo no puede disfrutar en absoluto.
Solo una mente vacía, desapegada tiene el poder suficiente para encontrar dicha en su interior. Dicha incondicionada. Sin causa externa. 
Y vivir entonces en el mundo -con serena alegría- sin ser del mundo.

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