jueves, 28 de julio de 2011

CUENTITO


Sócrates creía -como buen filósofo- que la persona sabia viviría instintivamente de manera frugal.
Él mismo ni siquiera llevaba zapatos.
Sin embargo una y otra vez cedía al hechizo de la plaza del mercado. Y solía acudir alli
a ver las mercancías que se exhibían..
Cuando un amigo le preguntó la razón,
Sócrates le contestó:
"Me encanta ir alli y descubrir sin cuantas cosas
soy perfectamente feliz"

La espiritualidad no consiste en saber lo que quieres,
sino en comprender lo que NO necesitas.




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